Cuento3
La señora al decirle esto se avalanzo hacia como una fiera y sin saber como me quito el papel donde estaba anotado el numero y nombre de quien habia retirado a mi difunto amigo, marco en su telefono y en una pelea de insultos por telefono al colgar me obligo a acompañarla a donde se encontraba el ataud con la familia que lo habia retirado. En el camino le explique por lo que estaba pasando con respecto a la muerte de su esposo y ella no prestaba ni la mas minima atención, iva todo el camino insultando a quien o que se le crusara. Llegamos a una casa humilde nada que ver con la otra casa de la que era dueño Roberto Russoli, entramos con la señora y lo primero que hizo fue ir a llorar al ataud y yo como si fuera un mueble estaba parado esperando que dejara de llorar. Al terminar de consolarse fue hacia mi y me dijo que la acompañara a arreglar un asunto, salimos de la casa y afuera nos esperaba una señora de aspecto mas joven y alegre que la que me acompañaba, empesamos a hablar con ella y siempre tenia que separarlas porque se ponian a pelear o insultarse. El caso era que al parecer las dos señoras eran esposas(una la señora y la otra la amante) de Roberto el difunto, obviamente la mas humilde era la amante. Ninguna lo podia creer por una casualidad se habia descubierto un engaño de años ya que ambas tenian hijos adolescentes de Roberto, ambas se cuestinaban su inteligencia por no haberse dado cuenta antes, ambas sufrian y ambas no podian entender nada. Yo las deje peleando y rabiando mutuamente, saque un cigarro y lo prendi mientras me perdia a lo lejos de la casa, nunca supe en fin quien era solo se que Roberto donde quiera que este debe estar odiandome por descubrir su secreto y no me arrepiento de haber echo esto, en fin por algo iva yo en el bus que le quito la vida y como eh escuchado el que no se arrepiente de lo que hace es mas feliz. En mi no ha cambiado nada solo se que al morir si es que hay otra vida el tal Roberto me estara esperando para vengarse, pero como falta para eso y tengo precaución en las calles no como el, faltara mucho tiempo para que mi muerte llegue asi que no me preocupo, solo le doi tiempo para que prepare su venganza.
F I N
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